Chapter Text
Sasaki no podía dar suficientes vueltas por todo el palacio. Trataba de contenerse pero practicamente cada que el sol avanzaba en el horizonte tenia que avanzar buscando toparse "por casualidad" con el adorable Príncipe.
Cada día que pasaba entendía mas su rutina, tomando notas mentales de los horarios del chico y buscando conocer mas sus intereses.
Tutorías por la mañana, atender asuntos reales junto a sus padres entre 12 y 3. Pasar a la biblioteca hasta las 6, cena a las 8 y después mas tiempo en la biblioteca.
¿Qué hacia el Principe entre las 6 y 8? Era la meta del Duque que pasaba las horas revisando. Pero después de un mes no había podido encontrarlo.
Mes en el que solo revisaba el castillo. Tal vez estaba en el jardín, si podría ser alguien tan lindo practicara jardinería o diera largas caminatas por el jardín exterior.
Pero Sasaki nunca se imaginaría que encontraría al Principe en la explanada. Vestido con ropa ligera, una camisa suelta con pocos detalles y un pantalón que remarcaba su pequeña cintura. Con una espada en su mano, sonrojado por el ejercicio y concentrado.
- ¿Miya-chan?
Su cuerpo se tenso mientras pasaba su mirada intensas hacia él. El Duque temblaba, aunque se notaba que el joven no estaba muy alegre de verlo el estar solo frente a él era un sueño hecho realidad.
- ¿Me estas siguiendo? - dijo el Principe
- Si
El ruido que soltó fue similar a un suspiro o chillido, tensándose aun mas. Se veía tan lindo en alerta.
- ¿Por qué me sigues?
- Me gusta saber que haces
- ¿A?
Sasaki rogaba que el Principe no preguntara mas, no debería obligarlo a hablar, solo diría tonterías pero al mismo tiempo deseaba hablar mas con él.
- ¿Miya-chan qué haces?
- Entreno
El Duque abrió sus ojos de golpe, pero pudo contenerse de expresarse.
- Un buen Rey debe saber defenderse y proteger a los suyos ¿O no te parece que soy alguien que pueda ganar en duelo?
- No es eso, solo que... me pareces muy lindo para tener que pelear.
La cara de molesta del Principe se hizo mas notoria. Maldita maldición, pensaba Sasaki.
- No por qué no puedas, digo mas bien todos deberíamos protegerte a ti, es que yo, yo... por favor haz que me calle. Deshazte de mi o algo
- Bien
- ¿Bien?
- Llamare a mis guardias para que te sigan y eviten que te acerques a mi
- ¡No por favor!
- A menos...
- ¡Lo que sea!
- Sí logras desarmarme en un combate con espadas de madera dedicaré una hora de mi día a ti.
La mandíbula de Sasaki se fue al suelo. Mientras Miyano galantemente dejó su espada a un lado y tomó las de madera de entrenamiento. Dandole una al Duque y regresando al otro lado de la explanada.
- No te atrevas a contenerte - dijo el Principe
- No creo poder atacar aunque sea una sesión de sparing
- Bueno, recuerda lo que esta en juego
Miyano habló antes de correr directo a Sasaki. El pelirrojo no tuvo chance mas que de defenderse torpemente, perdiendo el equilibrio. Miyano rápidamente giró para atacarlo por la espalda, Sasaki tuvo que practicante girar en el aire para alejarse.
Contrario a lo que pareció el Principe era muy ágil y rápido, rompía el balance del Conde teniéndolo a su merced, bailando una coreografía en la que Miyano era el verdugo.
Sasaki poco a poco dejaba de subestimarlo, siendo poco menos versado en la espada que su contrincante sí tenia que ganar, debía ser aprovechando su altura y fuerza.
Fuerza que el Principe contra restaba sin problemas, desviado lo golpes o inclusive enfrentándolos directamente. Sea la cara que Sasaki tenía podía ver al chico mas bajito estar complacido con esta, peleando cada vez más libre y directo.
Hasta que dejó una entrada. Obligándolo a retroceder y dando espacio para que Sasaki avanzara. Pronto el pelinegro estaba muy cerca de la pared acorralado.
Pero no nervioso.
Rápidamente el chico corrió hacia la pared y tomando impulso brinco por encima de Sasaki, girando en el aire para caer apuntándole con la espada al Duque.
Duque que impactado se movió por instinto golpeando la espada del chico en cuanto este cayo de frente suyo y mandándola a volar.
Pero Miyano no estaba vencido. Girando grácilmente para someter al Duque tomándolo del cuello y enviándole al suelo mientras lo desarmaba.
Quedando así victorioso.
Sasaki estaba en el suelo con los ojos abiertos, respirando agitadamente y sin sentir sus hombros. ¿Cuanto tiempo habían peleado? Se sintieron como horas, aunque en realidad no habían pasado ni 15 minutos.
- Yo... perdí - dijo entre jadeos
- Efectivamente - Miyano se veía menos agotado
- ... yo... su majestad - fue un susurro - yo... cumpliré mi palabra... aunque eso... eso...
- Pero sí lograste el reto
- ¿QUE? ¿CÓMO! - dijo poniéndose de rodillas frente al Principe
- Solo tenías que desarmarme, y lo lograste.
- Pero
- No te iba a obligar a ganarle al tercer mejor peleador de los 7 reinos vecinos
- Pero... Miya-chan - Sasaki estaba a punto de llorar
- Alégrate, ahora tu y yo pasaremos una hora al día juntos... leyendo.
- ¡Miya-chan!
- Serás parte de mi exclusivo club de lectura. Empezamos mañana, a las 7 en mi biblioteca.
El Principe tomó sus cosas y se dirigió al castillo. El Duque aún seguía de rodillas en la explanada viéndolo con los ojos abiertos. Definitivamente no esperaba que Miyano fuera tan bueno con la espada.
- Por cierto, empezaremos con un libro de romance
Fue lo ultimo que le dijo antes de entrar al castillo. En ese entonces el dolor, el cansancio y el terror que sintió unos segundos solo hicieron al Duque sentirse más vivo. Lagrimas corrieron por sus ojos, por primera vez en mucho tiempo eran de felicidad.
🐰
Miyano contaba su hazaña feliz en su biblioteca junto a Tashiro y Kurasawa.
- Ahora lo obligaré a leer esos libros que tanto odia - decía con orgullo
- Pero... no te parece que eso suena más a una cita - Tashiro lo miraba fijamente
- ¿Qué?
- De hecho - Kurasawa dijo levantando sus ojos de la carta que escribía para su amada - No quería decirlo, pero sí lo odias tanto, por que le ofreces una hora de tu tiempo
- Yo...
- De hecho, considerando lo tímido que eres me sorprende que hayas hecho tal galantería. - Tashiro se rió antes de poner su mano sobre su boca tímidamente - Quien lo diría que en realidad sí eres bueno para coquetear
- ¡No estaba coqueteando!
